Se suele decir que a medida que envejecemos vamos mostrando cada vez más interés en la economía. Al menos en mi caso el dicho se cumple: sí me interesa la economía y soy consciente de que envejezco, lo cual me alegra, ya que la única alternativa conocida a envejecer es estar muerto.
La definición de economía que más me gusta es aquella que la define como una ciencia, social pero ciencia a fin de cuentas, que estudia la asignación de recursos finitos que tienen usos alternativos. Un error frecuente es el de pensar en términos exclusivamente de dinero y con ello nos perdemos la parte más excitante del asunto, la economía del comportamiento, encargada del estudio de las decisiones humanas, sean éstas racionales o no. Dentro de este campo os recomiendo a Dan Ariely, célebre conferenciante de charlas de TED e investigador del Duke University, al que he tenido el gusto de seguir en un curso a través de la plataforma de cursos online gratuitos Coursera.
En los últimos años he podido comprobar que la economía está en boca de todos, gracias a esta dichosa crisis de la que dicen que vamos saliendo. Si hay algo positivo en las crisis es que nos obligan a poner patas arriba muchos conceptos hasta entonces asentados y la sanidad es uno de ellos. Esto no es exclusivo de España, sólo hay que fijarse en los problemas de Obama para instaurar el llamado Obamacare. La diferencia es que mientras que en España hablamos de la privatización de servicios sanitarios, en Estados Unidos se discute sobre cómo universalizar la cobertura médica y reducir a la vez el nivel de gasto sin deteriorar la calidad.
Si ahondamos en el asunto, el debate es complejo y no existe un modelo sanitario claramente superior, sino que todos tienen sus fortalezas y flaquezas. Además hablamos de un tema en el que existe un sesgo de opinión muy marcado en función de las ideas políticas; las izquierdas y las derechas se acusan mutuamente de sacralizar o demonizar la sanidad pública.
En el modelo sanitario vigente, al que podríamos llamarlo maliciosamente “soviético”, el estado es el encargado de proveer de la red asistencial, hospitales, equipamiento, personal… y además se encarga de pagar las facturas. Es un modelo simple que asegura una cobertura amplia de la población y que además resulta barato (9.3% del PIB). Hasta aquí genial, sobre todo si tenemos en cuenta los indicadores de salud de la OCDE del 2013, en los que queda patente que no lo hacemos mal comparándonos con otros países de nuestro entorno (véase esperanza de vida, tasas de supervivencia a cáncer, infartos, errores médicos hospitalarios, diabetes…).
El modelo opuesto, “el capitalista”, es representado de manera extrema por los Estados Unidos, que tiene el sistema más caro del mundo (17,7% del PIB) y el menos igualitario, con alrededor del 15% de la población carente de cualquier tipo de seguro médico. Además de ello, los indicadores de salud de la OCDE del 2013 les dejan un poco en evidencia ya que obtiene resultados muy discretos siendo generoso.
Siendo estos los datos, ¿cuál de los dos sistemas necesita una reforma? Posiblemente los dos (aunque más y más profunda el americano). Centrándome en el caso español, que el sistema sea barato se sustenta en dos grandes pilares: al tratarse de un monopolio, se permite pagar comparativamente poco a los profesionales de alta cualificación, (médicos datos del 2006 desde entonces la diferencia ha aumentado considerablemente, físicos, biólogos…) y además decide arbitrariamente el catálogo de prestaciones y su calidad (listas de espera inadmisibles, urgencias colapsadas, libre elección de centro…).
Por supuesto, entre estos dos existen modelos mixtos, por ejemplo, durante mi residencia en Donostia era habitual atender a ciudadanos del otro lado de la frontera que acudían indispuestos tras acudir a sidrerías e ingerir txuletones descomunales solo aptos para los nativos. Tras la correspondiente atención médica, todos ellos echaban mano de la cartera para pagar y quedaban gratamente sorprendidos al comprobar que no cobrábamos nada. No conozco su sistema en profundidad, pero me consta que incluye algún tipo de pago al recibir la prestación y los ciudadanos reciben posteriormente del estado todo o parte de dicho pago en función de la renta.
Un riesgo del modelo “soviético” es que al igualar salarios y condiciones laborables, desincentiva el esfuerzo por alcanzar la excelencia, que descansa casi exclusivamente en la mayor o menor motivación de los profesionales, y todos conocemos casos en uno y otro sentido. En definitiva, existe un riesgo importante de regresión a la media o, dicho de otra manera, una tendencia a la mediocridad. En esto sí que es superior el modelo “capitalista”, con su avidez por la riqueza fomenta la competición por ser los mejores en cada campo y así conseguir mejores salarios y condiciones laborables para los trabajadores que alcanzan gran desempeño. No es casual que los centros más avanzados y punteros a la vez que elitistas estén ubicados en Estados Unidos.
Como aficionado al deporte de riesgo me voy mojar y os voy a dar mi punto de vista. Hay ciertas cosas en el actual modelo español que son una joya y a las que no podemos renunciar de ninguna manera. Poniendo el foco en nuestro ámbito de actuación, no puede haber ningún cáncer sin tratar por un mal diseño del sistema y además ese tratamiento debe ser el mejor posible dentro de las posibilidades que nos dan nuestros recursos. En mi opinión tan solo existen dos tipos de sanidad, la buena y la mala. Mi receta pasaría, entre otras cosas, por mantener el sistema actual pero integrando mecanismos de evaluación para dotar de más recursos a los centros que mejores resultados obtengan e incluso dentro de los centros diferenciar condiciones y/o salarios en función de la producción y valía de cada profesional. De esta manera se crearía una especie de competitividad entre centros y dentro de los centros, abandonando esa política tan extendida de “te ofrezco poco pero también te exijo poco”. Con ello escaparíamos de la regresión a la media y tenderíamos a decantar la mediocridad. Realmente no es algo nuevo, ya lo describe Charles Darwin, en su libro de 1859, On The Origin Of Species, que no sobrevive ni el más fuerte ni el más rápido sino que el que mejor se adapta.
Yo soy de Bilbao y estoy preparado para competir, ¿y tú?
Para la brevedad que exige un post en un blog, creo que el comentario sobre las fortalezas y flaquezas de nuestro sistema de salud están bien expuestas.
En mi opinión describir el SNS español como «soviético» ha sido una decisión desafortunada.
Si no estoy equivocado, el sistema español es copia del británico, creado tras la Segunda Guerra Mundial por régimen democrático de monarquía parlamentaria.
Vistos los frutos a los que dio lugar el sistema soviético: corrupción, pobreza, atraso, falta de libertada generalizada y unos indicadores sanitarios asimilables al tercer mundo, comparar cualquiera de los SNS europeos con él parece hasta ofensivo.
Gracias por el comentario
Efectivamente es injusto llamar soviético al sistema español, de ahí el entrecomillado y la advertencia de que la alusión era maliciosa. Admito que mi intención al hacerlo era provocar pero lamento no haber explícitado más. En adelante prometo intentar corregirme (aunque no se sí lo conseguiré).
Un post muy acertado. Ciertamente, tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo (lo dice la OMS, no yo) y debemos luchar por que no nos lo desmantelen.
Me ha encantado también tu análisis cuando comentas la «tendencia a la mediocridad» del sistema, no puedo estar más de acuerdo: siempre se ha atacado al trabajador público con la muletilla aquella de «para que esforzarte si no te pueden echar…», cuando el problema real, en muchos casos, es que «para que esforzarte al 200%, si no van a mejorar tus condiciones laborales».
Muchas gracias por tu comentario
Siempre he pensado que en la función pública hacen falta mecanismos para sacar todo el jugo a todos y cada uno de los trabajadores. Nuestro mayor valor es el capital humano y si lo descuidamos….
Enhorabuena, Víctor. Creo que tu entrada resume bastante fielmente cual es la (triste)realidad de nuestro sistema de Sanidad Pública y, lo que es más preocupante, hacia donde nos dirigimos.
A mi personalmente, no me parece descabellada la comparación con el «modelo soviético», habida cuenta de la rigidez que caracteriza a nuestro sistema, el desprecio sistemático por la meritocracia, la burocratización hasta la náusea y el modelo gerontocrático como único medio de ascender en el sistema. Todo esto habría que eliminarlo. Y debemos hacerlo nosotros, los profesionales del sistema, porque si no es así, otros nos harán la reforma, y no nos gustará…
Y en cuanto a lo que comentas de la evaluación de nuestra Sanidad Pública, hay opiniones para todos los gustos. Aquí os dejo otra visión en la cual no salimos, precisamente, muy bien parados. El Euro Health Consumer Index 2013 es un Índice que se obtiene a partir de datos de estadísticas públicas, encuestas a pacientes e investigaciones independientes, y pretende establecerse como una herramienta para evaluar los sistemas sanitarios modernos. En su última edición recientemente publicada, España aparece en el puesto 19 de los 35 países analizados (a pesar de todos los que proclaman que es “la mejor Sanidad de Europa”), por detrás de los países más avanzados de Europa y por delante tan solo de países como Macedonia, Hungría, Albania, Bulgaria, Malta,…, e Italia. ¿Es para estar orgullosos y no querer cambiar nada?
Gracias Ángel,
Nunca he entendido porqué los sanitarios tenemos que ser obligatoriamente trabajadores públicos todos con el mismo salario, lo que en mi opinión favorece todos los defectos que has mencionado.
Como dicen los ingleses «el diablo está en los detalles» y lo que verdaderamente es conflictivo es quien y como tiene que evaluar a los diferentes servicios y profesionales. No hay más que ver otros organismos supuestamente independientes como el Consejo General del Poder Judicial, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, Comisión Nacional de la Energía…. absolutamente parásitados por políticos todo pelaje
Actualmente el sueldo más alto depende de los amigos que tengas y de la falta de escrúpulos a la hora de crear lista de espera artificial para que te paguen guardias. Si eres un currito que tratas mucho y tienes poca lista de espera porque te esfuerzas, lo más normal es que te quiten guardias, personal o no te hagan ni puñetero caso.
Un post digamos que bastante «polite» aunque, ciertamente, no hay más cera que la que arde. A aquellos que se quejan por los altos sueldos de los profesionales sanitarios en España siempre les hago la misma oferta: Pasemos entonces a un modelo privado, yo encantado. Pero, según parece, nos saldrá más caro a todos y será menos justo.
Mejoremos lo que tenemos y todos saldremos ganando.
Efectivamente Agustín he hecho un esfuerzo por ser «polite», tu sabes que tengo alma de malvado neoliberal
Gran y polémica entrada!
Estoy bastante de acuerdo con el diagnóstico, aunque no tanto con la solución. En mi opinión, no sólo los problemas de «mediocracia» están en el sistema «soviético». Existen modelos basados en conciertos sanitarios (el estado paga pero no presta directamente la asistencia) que adolecen de lo mismo. La mediocridad latente en un sistema donde el que quiere hacer algo o abre la boca es un problema no se puede solucionar asignando más o menos medios. A fin de cuentas, qué culpa tendrá el pobre ciudadano que le toque en suerte ese hospital. Mientras que no puedas elegir el centro donde quieres que te atiendan no puedes fomentar la competencia. Que te toquen el sueldo si puede ser una solución aunque pánico me da la fuerza que se le da al que decide cuanto cobra cada uno. En fin, un problema que no tiene una solución fácil ni simple.
Lo dicho, el debate va a ser entretenido.
Gracias Pedro, el tema es polémico lo se.
La receta que propongo es una pero no la única. Efectivamente el sistema tendría que ser 100% transparente para que el ciudadano pudiera evaluar y decidir donde y con quien tener la asistencia sanitaria. Soy un gran defensor del libre mercado y en nuestro caso el estado es quien decide cómo y dónde y en que condiciones vamos a recibir dicha asistencia.
Cuando tengo un problema de salud, pongamos un esguince, acostumbro a ir a alguien del servicio de trauma para que en petit comité me diga quien me puede atender mejor, la consulta de ese compañero acostumbra a estar más saturada que la del resto del servicio y todo por el mismo sueldo. Desde fuera me sería muy difícil tener esa información, pero desde el punto de vista teórico ¿no estaría bien que ese traumatólogo tuviera mejores condiciones laborales que el resto?. ¿No estaría bien que esa información estuviera disponible para el ciudadano de a pie?. Mi opinión es que sí y es el leif motiv del post aunque reconozco que el riesgo es que los de siempre controlen la adjudicación de méritos.
El problema tiene un nombre: «techo» profesional, y la solución que planteas también: «carrera» profesional. Pero como toda solución, puede ser pervertida hasta convertirla en un problema mayor que el que pretende resolver. De hecho, ya lo ha sido. Y el problema no es tanto la diferencia salarial, al fin y al cabo, sin capacidad para la toma de decisiones de gestión es fácil desde la superioridad cercenar el desarrollo profesional incluso del profesional más ejemplar. La libre designación ha descendido hasta los niveles inmediatamente siguientes al de «soldado raso» en la escala de responsabilidad y autoridad. Ese principio elemental de cualquier estado de derecho está ausente en buena parte de la función pública.
La causa, a mi juicio, es obvia. Cuando los directivos no se «juegan sus cuartos» no optan por los colaboradores más adecuados al objetivo de la empresa, si no por los más adecuados a sus propios objetivos, que no siempre coinciden (casi nunca lo hacen, de hecho).
Gracias por el comentario Manuel y por tu trabajo como editor.
La carrera profesional como concepto estaba pensada para solucionar este problema pero en los casos que yo conozco, o bien se ha convertido en un mero complementó de antigüedad cuando el jefe de servicio no tenía ganas de polémica, o bien se ha utilizado como palo o zanahoria según mayor o menor afección a «los principios generales del movimiento».
Además con lo de la dichosa crisis se da la circunstancia de que el reconocimiento de los niveles y los emolumentos que conllevan se han congelado para los nuevos trabajadores creando una situación de dualidad en la que algunos por corresponderles época de vacas gordas lo cobran y otros por acceder a esos méritos en años posteriores no. Vamos una pena y una chapuza.
El propio sistema sanitario español tiene mecanismos para motivar la productividad, pero sin que aplique un plus de económico y normalmente sin interés por parte de los directivos. Actualmente están más centrados en convertirla en un negocio que em curar pacientes, desanimando a lad juventudes.
Suele ocurrir, el problema no es los currantes, sino la mala gestión de nuestros mediocres dirigentes.
De acuerdo Xabier,
En esto cuando hablo de compensar no lo hago necesariamente en el plano económico.
Suelo poner como ejemplo el caso de la empresa Google, tienen una política de incentivos a sus trabajadores muy efectiva creando entornos laborales óptimos, mejorando el menú de empresa, dejando tiempo libre para proyectos personales ( que luego tienen que presentar resultados a la empresa ) y un montón de maniobras más que no son por amor al arte, al fin y al cabo no son una ONG, sino que lo hacen porque así consiguen trabajadores ultra motivados y enganchados al proyecto y objetivo de la empresa a un precio menor que sí les pagarán incentivos económicos. ¡Vamos igualito que en nuestro sistema sanitario!
Perdón Xavier, me temo que te he vas quitado el nombre
Completamente de acuerdo con el post… De todas formas Víctor, has presentado los dos extremos de lo que es todo un espectro de sistemas de financiación y funcionamiento de la sanidad en los distintos países. Aparte del modelo de E.E.U.U. privado al 100% y el modelo español (basado en el NHS inglés), se puede tener sistemas intermedios como el francés, en el que el estado paga a los hospitales (privados) por ofrecer las prestaciones sanitarias, o el alemán que es privado pero altamente regulado por el estado (lo que contiene la escalada de costes del sistema americano). Si queréis profundizar un poco, lo explican mejor aquí http://www.jotdown.es/2013/12/cuatro-modelos-de-sanidad/
Yo, por mi parte no veo con malos ojos una necesaria reforma del sistema, pero debido que no sea sostenible como dicen algunos. En realidad nuestro sistema es posiblemente de los mejores en relación calidad/precio, pero ¿nos conformamos solo con eso? Es decir, si a cambio de un incremento de coste del 10 o 20%, se obtuviera un aumento de la calidad del 5 o 10%, ¿no lo intentaríamos? Bueno, a lo mejor después de la crisis…
Por otra parte, mucho se ha hablado de la privatización de parte de los servicios como si fuera la misma peste, pero lo curioso es que países nada sospechosos de ser ultraliberales como Suecia han privatizado una parte importante de su sanidad en los últimos 15 años, sin empeorar sus indicadores sanitarios. Otra cosa es que en España se pueda hacer de la misma forma, evitando las prácticas corruptas por el camino. Por poner un ejemplo, creo que en Suecia, el gobierno anterior (conservador) privatizó algunos hospitales. Cuando los socialdemócratas volvieron al poder, no dieron marcha atrás a las privatizaciones, pero han forzado una renegociación de los contratos con las empresas privadas, porque según el gobierno, a la vista de las cuentas, las empresas concesionarias «estaban obteniendo un margen de beneficios demasiado alto». ¿Os imagináis esto ocurriendo en España?
Correcto Mauricio,
Para no extenderme demasiado y dar claridad al post, he expuesto los dos modelos extremos y en mi opinión la virtud está en el medio, que como bien explican en el artículo de jotdown que citas, representan los modelos mixtos de algunos países del norte de Europa. Coincido contigo en que una reforma razonable es posible y deseable pero en esto cuanto más peso tengamos los profesionales implicados seguramente habrá más visos de llegar a buen puerto. Desgraciadamente el discurso actual en España es más político que técnico.
Perdón Manuel Angel, te he cambiado el nombre en la respuesta!
Está claro que los modelos sanitarios son noticia hoy. Los titulares de todos los periódicos anuncian que se para la privatización de la Sanidad madrileña. Así que parece que los próximos días se hablará mucho de lo que Víctor nos ha presentado en este post.
Modelo público, privado, mixto de distintos colores… yo no tengo claro cuál es el mejor en nuestro caso. Sin embargo, como profesional desde hace tiempo en la administración pública, creo que el sistema actual es muy mejorable y que necesita cambios estructurales en todos los estamentos. Tal y como está montado, no se valora la excelencia, no se motiva a los profesionales para que den lo mejor de sí mismos y los recursos no están optimizados. Parece que todos estamos de acuerdo en esto, pero ¿quién le pone el cascabel al gato?
La verdad es que habéis dado en el clavo con el tema el día que la autoridad sanitaria madrileña ha decidido renunciar a la externalización. Sólo un par de apuntes, me hubiera gustado que te hubieras referido a nosotros como radiofísicos, por razones sobre las que no me voy a extender ahora; y para más aportes útiles sobre el tema recomiendo el blog http://ellanzallamas.com, cuyo autor se encuentra entre los comentaristas de hoy.
Tomo nota de los apuntes. De todas maneras máximo respeto:
«da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones», Deng Xiaoping 1960
Empiezo pidiendo perdón a los posibles lectores por repetir entero el texto de Larrondo (entrecomillado), pero considero que así se entenderán mejor mis comentarios al mismo párrafo por párrafo.
“Se suele decir que a medida que envejecemos vamos mostrando cada vez más interés en la economía. Al menos en mi caso el dicho se cumple: sí me interesa la economía y soy consciente de que envejezco, lo cual me alegra, ya que la única alternativa conocida a envejecer es estar muerto.”
Me parece muy bien que te interese la economía, pero (si hablas de economía de toda la sociedad y no de la tuya propia) céntrate en los resultados (esperanza de vida, esperanza de vida en salud, coste total). Pero sobre todo no olvides reconocer que la salud es un derecho reconocido por los Pactos Internacionales y esto sólo puede significar igualdad en la salud. No hay derecho a la salud si, por motivos ajenos a tu voluntad, tu esperanza y calidad de vida dependen de tu riqueza. Si algo significa este derecho es que tu salud no puede depender de tu riqueza, que es lo que sucede en los países capitalistas en mayor o menor medida según su modelo sanitario.
“La definición de economía que más me gusta es aquella que la define como una ciencia, social pero ciencia a fin de cuentas, que estudia la asignación de recursos finitos que tienen usos alternativos. Un error frecuente es el de pensar en términos exclusivamente de dinero y con ello nos perdemos la parte más excitante del asunto, la economía del comportamiento, encargada del estudio de las decisiones humanas, sean éstas racionales o no. Dentro de este campo os recomiendo a Dan Ariely, célebre conferenciante de charlas de TED e investigador del Duke University, al que he tenido el gusto de seguir en un curso a través de la plataforma de cursos online gratuitos Coursera.
En los últimos años he podido comprobar que la economía está en boca de todos, gracias a esta dichosa crisis de la que dicen que vamos saliendo. Si hay algo positivo en las crisis es que nos obligan a poner patas arriba muchos conceptos hasta entonces asentados y la sanidad es uno de ellos. Esto no es exclusivo de España, sólo hay que fijarse en los problemas de Obama para instaurar el llamado Obamacare. La diferencia es que mientras que en España hablamos de la privatización de servicios sanitarios, en Estados Unidos se discute sobre cómo universalizar la cobertura médica y reducir a la vez el nivel de gasto sin deteriorar la calidad.
Si ahondamos en el asunto, el debate es complejo y no existe un modelo sanitario claramente superior, sino que todos tienen sus fortalezas y flaquezas. Además hablamos de un tema en el que existe un sesgo de opinión muy marcado en función de las ideas políticas; las izquierdas y las derechas se acusan mutuamente de sacralizar o demonizar la sanidad pública.”
Eso de que no exista un modelo superior dependerá de los criterios de evaluación. Si se considera a toda la sociedad en conjunto, claramente sí que hay un modelo superior y se mide con vidas humanas. Para saber cual es, solo tienes que esperar al siguiente párrafo.
“En el modelo sanitario vigente, al que podríamos llamarlo maliciosamente “soviético”, el estado es el encargado de proveer de la red asistencial, hospitales, equipamiento, personal… y además se encarga de pagar las facturas. Es un modelo simple que asegura una cobertura amplia de la población y que además resulta barato (9.3% del PIB). Hasta aquí genial, sobre todo si tenemos en cuenta los indicadores de salud de la OCDE del 2013, en los que queda patente que no lo hacemos mal comparándonos con otros países de nuestro entorno (véase esperanza de vida, tasas de supervivencia a cáncer, infartos, errores médicos hospitalarios, diabetes…).”
Has introducido el término soviético con ánimo distractivo y de engaño. Un sóviet es una asamblea, convocatoria o consejo obrero de trabajadores. (Definición de la Wikipedia. Omito la primera definición de la RAE por su evidente sesgo monárquico y reaccionario). Los sóviets son anteriores a la URSS, y usas la merecida mala fama de la degeneración burocrática del sistema socialista de sóviets que allí no pudo desarrollarse, para asociarlo al sistema español (y así desprestigiarlo) y sacar de la comparación a otro sistema que es el claro vencedor para el que considere la salud de toda la población como el criterio de valoración de un sistema sanitario. Para saber cuál sólo hay que seguir leyendo, pero creo que ya vas sabiendo por dónde van los tiros.
Pero no cuela. ¿De verdad crees que el sistema sanitario español está regido por las asambleas de sus empleados? Seguro que no. Luego no es soviético.
¿De verdad crees que, en el sistema sanitario español, el Estado es el encargado de proveer de “la” red asistencial? ¿No será de “una” red asistencial, aunque sea bastante deficiente por voluntad política?
“El modelo opuesto, “el capitalista”, es representado de manera extrema por los Estados Unidos, que tiene el sistema más caro del mundo (17,7% del PIB) y el menos igualitario, con alrededor del 15% de la población carente de cualquier tipo de seguro médico. Además de ello, los indicadores de salud de la OCDE del 2013 les dejan un poco en evidencia ya que obtiene resultados muy discretos siendo generoso.
Siendo estos los datos, ¿cuál de los dos sistemas necesita una reforma? Posiblemente los dos (aunque más y más profunda el americano). Centrándome en el caso español, que el sistema sea barato se sustenta en dos grandes pilares: al tratarse de un monopolio, se permite pagar comparativamente poco a los profesionales de alta cualificación (médicos datos del 2006 desde entonces la diferencia ha aumentado considerablemente, físicos, biólogos…) y además decide arbitrariamente el catálogo de prestaciones y su calidad (listas de espera inadmisibles, urgencias colapsadas, libre elección de centro…).”
Debes usar un diccionario bastante peculiar. ¿Crees que solo hay asistencia pública en España? ¿O quizá no has advertido la profusión de hospitales y seguros privados en oferta en España? El gasto público en el sistema sanitario español supone un 72% del total (datos de la OCDE) incluyendo el gasto en los hospitales privados concertados. Así que sí existe competencia del sector privado, y además desleal (como los casos de corrupción de puertas giratorias entre el sector privado sanitario y los cargos públicos sanitarios en España demuestran: el caso más sangrante se da con los cargos del PP en Madrid).
Respecto al indudable bajo salario de los profesionales de alta cualificación, se trata indudablemente de una medida política de desincentivación de los mismos para bajar su productividad y moral (sobre todo cuando intentan privatizar; y aparte claro está de para quedarse ese dinero para regalárselo a los bancos).
Otra definición curiosa que usas es la de arbitrariamente. Al menos en teoría, los últimos responsables de la administración del sistema público son elegidos democráticamente y así, aunque indirectamente, su gestión no es arbitaria sino democrática. Por el contrario, ya desde la teoría, la gestión privada debe ser totalmente arbitraria, al criterio particular de los administradores privados. Por supuesto, cuando la democracia es tan falsa como la vigente en España, los supuestos teóricos son subvertidos completamente para que la voluntad imperante sea la de los bancos (y otros grandes capitalistas) que dirigen al Gobierno de turno y no el de los ciudadanos. Esto ha quedado demostrado (para el que tenga alguna duda) por la negativa del Gobierno del PP en Madrid a realizar un referendo o incluso a publicar encuestas sobre el grado de apoyo a la privatización de la sanidad madrileña. La consulta que se realizó en la puerta de hospitales y por toda la CCAA de Madrid por parte de la iniciativa ciudadana arrojó la cifra de 929.903 personas por paralizar la reforma privatizadora con sólo un 0,4% por continuarla.
“Por supuesto, entre estos dos existen modelos mixtos, por ejemplo, durante mi residencia en Donostia era habitual atender a ciudadanos del otro lado de la frontera que acudían indispuestos tras acudir a sidrerías e ingerir txuletones descomunales solo aptos para los nativos. Tras la correspondiente atención médica, todos ellos echaban mano de la cartera para pagar y quedaban gratamente sorprendidos al comprobar que no cobrábamos nada. No conozco su sistema en profundidad, pero me consta que incluye algún tipo de pago al recibir la prestación y los ciudadanos reciben posteriormente del estado todo o parte de dicho pago en función de la renta.”
No es muy científico echar mano de datos anecdóticos (¿qué estadísticas conoces?) y sensacionalistas (¿luego en su casa retomaban una dieta más sana después de haberse desahogado en España?) para atacar a un sistema público con algo que, como mucho, sería del sistema sanitario español por voluntad política de las élites, ya que nada impide cobrar (ni en teoría ni en la práctica) al extranjero no cotizante por los servicios recibidos en España, como se hace con todo lo demás.
“Un riesgo del modelo “soviético” es que al igualar salarios y condiciones laborables, desincentiva el esfuerzo por alcanzar la excelencia, que descansa casi exclusivamente en la mayor o menor motivación de los profesionales, y todos conocemos casos en uno y otro sentido. En definitiva, existe un riesgo importante de regresión a la media o, dicho de otra manera, una tendencia a la mediocridad. En esto sí que es superior el modelo “capitalista”, con su avidez por la riqueza fomenta la competición por ser los mejores en cada campo y así conseguir mejores salarios y condiciones laborables para los trabajadores que alcanzan gran desempeño. No es casual que los centros más avanzados y punteros a la vez que elitistas estén ubicados en Estados Unidos.”
Obviando de nuevo la referencia a la supuesta igualdad de salarios del sistema estalinista (que no socialista: “a cada uno según su rendimiento”), introduces una problemática vinculada pero claramente distinta de la original sobre sistemas sanitarios y economía (ya que te referías a economía como ciencia y no a economía como en la frase “mi economía no va tan bien como debería”; o ¿si era así?).
De nada sirve a las 150 personas que mueren al día en EEUU (según un cálculo conservador) por no disponer de seguro médico, saber que esos hospitales que no le quieren atender son los mejores del mundo.
Nadie discute que se pueden hacer reformas a la gestión pública actual para mejorar la calidad de la atención sanitaria, pero si lo que se evalúa es el rendimiento del sistema, las variables cruciales son los resultados finales de salud y gasto público. Y aquí vuelvo al asunto que dejé pendiente sobre el sistema sanitario no perfecto pero que gana de goleada: el cubano.
Cuba (con un sistema de real monopolio público) tiene una esperanza de vida al nacer (79 años y subiendo) mayor que la de EEUU (78,5 años y estancada) siendo un país pobre y bloqueado. Pero lo que es más importante: la mortalidad infantil en Cuba es de menos de 0,5% frente a 0,7% de EEUU. (Los datos son de la ONU). Incluso ya es menor que en Canadá según datos cubanos, por otro lado siempre fidedignos.
Dicho de otra forma: miles de niños mueren cada año en EEUU pero vivirían si su sistema fuera como el de Cuba. Y eso a pesar de que los niños en EEUU cuentan con un seguro público (MedicAid) aunque la asistencia es por hospitales privados (como el resto del sistema). Aunque no toda esta diferencia es debida exclusivamente al sistema sanitario, es dificil no creer que buena parte sí lo es. En todo caso, sí lo es por todo el sistema económico y social.
Para los que consideramos que la salud es un derecho, el mejor sistema sanitario del mundo actualmente es público y (imperfectamente) socialista: el de Cuba. Para los que no gustan de reconocer este resultado, deberían justificar esas muertes de niños a sus padres en nombre del bien superior de … los beneficios de los capitalistas.
“Como aficionado al deporte de riesgo me voy mojar y os voy a dar mi punto de vista. Hay ciertas cosas en el actual modelo español que son una joya y a las que no podemos renunciar de ninguna manera. Poniendo el foco en nuestro ámbito de actuación, no puede haber ningún cáncer sin tratar por un mal diseño del sistema y además ese tratamiento debe ser el mejor posible dentro de las posibilidades que nos dan nuestros recursos. En mi opinión tan solo existen dos tipos de sanidad, la buena y la mala. Mi receta pasaría, entre otras cosas, por mantener el sistema actual pero integrando mecanismos de evaluación para dotar de más recursos a los centros que mejores resultados obtengan e incluso dentro de los centros diferenciar condiciones y/o salarios en función de la producción y valía de cada profesional. De esta manera se crearía una especie de competitividad entre centros y dentro de los centros, abandonando esa política tan extendida de “te ofrezco poco pero también te exijo poco”. Con ello escaparíamos de la regresión a la media y tenderíamos a decantar la mediocridad. Realmente no es algo nuevo, ya lo describe Charles Darwin, en su libro de 1859, On The Origin Of Species, que no sobrevive ni el más fuerte ni el más rápido sino que el que mejor se adapta.
Yo soy de Bilbao y estoy preparado para competir, ¿y tú?”
¿Se adapta a qué? ¿A lo que quiere la gente (democracia) o a lo que quieren los banqueros y otros capitalistas y propagandistas (actual sistema)?
Lo que parece que nos diferencia a ti a mi son los criterios de evaluación para el reparto de incentivos. Tú no dices quién lo haría, dando por entendido que podrían ser las direcciones actuales de los hospitales o de las Consejerías de Sanidad, que, por supuesto, están ansiosas por disminuir la inversión en el sistema sanitario especialmente a costa de la salud de los ciudadanos (para beneficiar con su propaganda a la ‘sanidad privada’). Con los datos provisionales de la esperanza de vida, parece que ya se está produciendo, por primera vez en la historia de España (sin guerra ni epidemias), un estancamiento en el aumento de la esperanza de vida (previo, si no se remedia, a su disminución).
Mi propuesta, que garantizaría la igualdad en la salud de toda la población, es un sistema únicamente público de gestión asamblearia de los empleados (para cada estamento profesional: por ejemplo en la elección de los jefes de servicio y de los directores médicos, y el reparto de las productividades se elegirían por los facultativos) que interaccionaría con los representantes democráticamente elegidos por toda la sociedad en los temas de incentivos económicos, cartera de servicios, evaluación de la calidad asistencial, etc.
Por cierto oncoangel, por la Wikipedia se sabe que: “Euro Health Consumer Index (EHCI) is a comparison of European health care systems”… “produced by Health Consumer Powerhouse (HCP)” … “a Swedish company” … “created in 2004 by its founder and owner Johan Hjertqvist”.
Vaya, vaya. Así que está hecho por un empresario rico (que no deja de meterse con la gestión pública en el informe). No parece demasiado fiable a priori. ¿Cómo serán los criterios de evaluación? De todas formas si nos fijamos en los resultados en la salud, España no queda nada mal en el informe de 2013 según nuestra inversión (que no gasto) en sanidad. Pero claro, para el empresario Hjertqvist los resultados en la salud son solo ¡una parte de 6 en la evaluación de un sistema sanitario a la par que la ‘información al paciente’, o ‘los tiempos de espera’ (que son muy importantes también pero no al mismo nivel)! Si tengo tiempo criticaré este estudio más detenidamente.
Por cierto: No responderé a nadie que no conteste al criterio de la igualdad en la salud y como justifican no disminuir la mortalidad infantil como criterio prioritario. Los temas importantes son insoslayables.
Salud y Democracia Directa.
PD1: Como nota al final. Esta no es una crisis sin más: lo que cambia su carácter de simple crisis del sistema capitalista es que se superpone con el mayor atraco de la historia, por el que los bancos están robando cientos de miles de millones de euros a los ciudadanos con diversos mecanismos, el más sangrante de los cuales es la compra de deuda pública del Estado español hasta al 7% con dinero que el Estado (BCE) le ‘regala’ al 0.5%. Si fuera una simple crisis, se habría dejado a los ‘mecanismos del mercado’ que actuaran, lo que abría supuesto la quiebra de los bancos que fueran incapaces de recapitalizarse sin la intervención del Estado. Pero, claro, el Estado está para obedecer sobre todo a los banqueros, que manejan mayores cantidades de dinero que nunca en la historia y mandan sobre los políticos, ya que poseen a los ‘partidos’ (al PP, CiU y PNV por naturaleza, y al PSOE y otros a través de la corrupción y del chantaje por la deuda en la que incurren ya que el sistema electoral lo requiere y además sus direcciones saben que les va a salir gratis al final).
PD2: Una recomendación sobre economía: El Tema más interesante que he encontrado sobre economía, que también me interesa (y mucho) a mi, es el relativo a la creación dinero. Por eso te recomiendo la lectura de la entrada ‘money’ en la Wikipedia en inglés (nada sospechosa de anticapitalista). Deja claro que los bancos privados crean el dinero ¡de la nada! Y que más de el 90% del dinero que existe en EEUU o en la UE es dinero bancario (creado de la nada) y no dinero creado por los bancos centrales. Una consecuencia de esto es que cuando los bancos privados se quedan con una casa por impago de la hipoteca, se queda con la casa y con el dinero real que ya se había pagado por el hipotecado, pesa a no haber puesto ni un euro de dinero real (solo una anotación en sus registros electrónicos). Más del 90% de lo que el banco presta (a un hipotecado o a cualquiera) no viene de ningún depósito de otra persona física o jurídica, sino ‘de la nada’. Las implicaciones políticas y éticas son evidentes.
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Víctor, me han encantado tus posts, muy amenos.
Soy una enfermera que lleva trabajando 38 años en un hospital público. Los últimos 22 en el servicio de oncología radioterápica. Soy una firme defensora de la Sanidad Pública, pero estoy convencida de que necesita cambios, sobre todo en el ámbito de Recursos Humanos.
No creo que se necesite «motivar» a la gente, ya que ésta debe venir de fábrica, pero sí distinguir el grano de la paja, «premiar» al buen profesional. Si es con dinero perfecto, pero tampoco sería necesario, ya que facilitar la asistencia a congresos, a cursos, unas palabras de reconocimiento, etc. serían también ejemplos totalmente válidos y que redundarían en beneficio de todos.
Cuando sientes que «una faena de aliño» vale lo mismo que una «de arte y valor» (permitdme el símil taurino) es tan fácil dejarse llevar… La mediocridad es tan contagiosa… Una misma persona puede trabajar de forma muy distinta dependiendo del equipo que le rodee y del mando que tenga. Reconozco que hay personas que no tienen arreglo, pero son las menos. «Personalizar» es importante, para lo bueno y para lo malo. Odio esas reuniones en las que todo el mundo sabe quién es el responsable de algo mal hecho y que nunca se le nombra, se dan nuevas pautas de actuación en aras de la calidad asistencial esperando que el susodicho lo pille, cosa que casi nunca ocurre. Y sale de la reunión como un torero.
Esto sirve para todos los colectivos: hay muchos cobardes y/o jetas estupendamente protegidos por la institución.
Hola Marisa, me alegro que te haya gustado el post.
Coincido contigo en que la responsabilidad y el gusto por el trabajo bien hecho lo adquirimos de pequeñitos en nuestra casa fijándonos en nuestros mayores. La vida laboral no es más que un reflejo de una actitud general hacia la vida. Sin embargo una buena política de incentivos puede hacer mucho bien y no me refiero necesariamente a dinero sino a una promoción y una consideración a aquellos que dan el callo. Desgraciadamente con mucha frecuencia, sobre todo en el ámbito público se tiende a promocionar al mediocre para de esa manera tapar otras carencias en los promocionadores. El efecto que tiene esa actitud sobre los trabajadores brillantes es demoledora.