Seguramente más de un lector de este blog habrá encontrado alguna vez en su lugar de trabajo objetos o documentos antiguos relacionados con la física médica o la radiología que han quedado obsoletos o ya no funcionan pero que se conservan como curiosidad histórica o simplemente como elemento decorativo. Estas “reliquias” casi nunca llegan a exponerse públicamente y por lo general permanecen guardadas en algún rincón del hospital, o como mucho expuestas en la estantería de un despacho por donde sólo pasan unas cuantas personas, que quizá en algunos casos tampoco sepan exactamente cómo o cuándo se utilizaron.
¿Por qué no aprovechar las posibilidades que brinda internet para mostrar y poner en común todas esas pequeñas joyas históricas o esos instrumentos y cachivaches que hayan quedado obsoletos pero guardáis porque os parecen curiosos por una u otra razón?
Se me ocurrió que podríamos mostrar fotografías de los objetos junto con una breve explicación contando lo que se sepa de cada uno (y si no se sabe nada, quizá otros lectores lo reconozcan y puedan aportar más información). A los editores del blog les ha gustado mi propuesta, así que quedáis invitados a colaborar en este museo virtual al que hemos bautizado como «Museo Radiológico» y que tengo el honor de inaugurar con varios detectores de radiación procedentes del antiguo Hospital Provincial de Badajoz.
Electrómetro de hilo y cámaras de ionización de condensador para dosimetría en haces de radioterapia
Este equipo fabricado por la empresa americana Victoreen y distribuido en España por la casa Giralt Laporta se utilizaba para medir la dosis de radiación en haces de fotones de radioterapia (o más exactamente para medir la magnitud exposición, en roentgens, unidad hoy un tanto anticuada). Junto con el manual en inglés hay una traducción al español mecanografiada fechada en 1967, aunque el certificado de calibración y las medidas de una unidad de cobalto que se conservaban en la misma caja eran de la década de los ochenta.
El conjunto está formado por tres cámaras de ionización de tipo condensador para medir en distintos rangos de energía (desde rayos X de radioterapia superficial hasta energías del orden de 1 MeV) y un electrómetro en el que se insertaban las cámaras tanto para cargarlas antes de la medida como para su lectura posterior. El funcionamiento es sencillo: en cada detector hay un condensador cilíndrico que se carga antes de la irradiación, y en un extremo del condensador hay una cámara de aire que al ionizarse por efecto de la radiación descarga parcialmente el condensador de forma proporcional a la dosis recibida; cuando el detector se conecta al electrómetro tras ser irradiado, el grado de carga se traduce por una fuerza puramente electrostática en una mayor o menor deflexión de un hilo conductor cuya sombra se proyecta sobre una pequeña escala graduada, que ampliada por un sistema óptico se puede observar por el ocular del electrómetro.
El lector curioso puede ampliar información en el manual o en el libro clásico de Khan “The Physics of Radiation Therapy”.
Dosímetro personal de lectura directa tipo pluma
No sabemos exactamente en qué época se utilizó el de la fotografía, aunque suponemos que pudo ser en los años 70 o principios de los 80. Estos dosímetros estaban diseñados para llevarse en un bolsillo de la bata y medir la exposición acumulada por el trabajador a lo largo de cierto tiempo. El principio de funcionamiento es similar al de las cámaras de ionización que mostrábamos más arriba: un condensador cuya carga se reduce a medida que el dosímetro se irradia, aunque en este caso la lectura se ve a través de un ocular situado en un extremo del propio dosímetro. El cargador que se muestra en la fotografía servía para recargar el condensador y poner la escala a cero.
Estos dosímetros no eran muy fiables para registrar la exposición en periodos prolongados porque el condensador tiende a descargarse lentamente, produciendo un aumento progresivo de la lectura incluso sin radiación. Así mismo, una sacudida mecánica puede cambiar la indicación del dosímetro.
Aunque todavía se comercializan en algunos países, cuando se necesita un dosímetro individual de lectura directa se recomiendan dispositivos más modernos y fiables con lectura digital, mientras que para la dosimetría personal rutinaria de los trabajadores se utilizan dosímetros pasivos que se leen cada mes en laboratorios autorizados oficialmente.
Monitor de radiación “Babyline 31”
El Babyline, de la empresa francesa Nardeux, fue durante mucho tiempo el monitor de radiación para dosimetría de área más utilizado en España y probablemente en toda Europa. Aunque es algo más moderno que los dos detectores anteriores (el nuestro es de 1977), en la mayoría de las instalaciones ya se ha sustituido por equipos más actuales o se utiliza sólo con propósitos docentes, como es el caso de nuestro hospital.
Se trata igualmente de una cámara de ionización, junto con la electrónica necesaria para medir no sólo dosis acumulada sino también tasa de dosis a tiempo real, siendo su principal aplicación la vigilancia de los niveles de radiación en los lugares de trabajo. Este modelo incluía una pequeña fuente radiactiva de comprobación de estroncio-itrio que se puede guardar en un alojamiento situado en el propio equipo (al ser una fuente beta, la chapa del alojamiento es suficiente para absorber la radiación, pero si se encuentra usted uno de éstos, mejor no jugar con la plaquita donde pone “source controle”)
Llama la atención la información tan detallada que encontramos en el manual (aunque toda en francés), que incluye características de construcción, diagramas electrónicos y hasta un registro gráfico de las oscilaciones de la señal de fondo en la escala más sensible con la leyenda manuscrita.
Aunque siguen vendiéndose versiones remozadas del Babyline, hoy en día generalmente se prefieren equipos más modernos con lectura digital y selección automática de escala. Además, la caperuza que recubre la cámara está diseñada para estimar la dosis que se absorbería a en tejido a 3 mm de profundidad, pero la magnitud más recomendada actualmente para este tipo de detectores es otra: el equivalente de dosis ambiental H*(10) (que prescindiendo de sutilezas y tecnicismos viene a ser aproximadamente la dosis a 10 mm de profundidad).
Tenemos entendido que este detector se diseñó en España, en concreto en la antigua Junta de Energía Nuclear (antecesora del CIEMAT), que vendió la patente a la compañía francesa. ¿Alguien puede confirmarlo de primera mano?
Y esto es todo en la primera entrega de la serie que, con sus objetos y cachivaches antiguos, va a ir conformando poco a poco nuestro Museo Radiológico. En otra entrada de esta serie mostraré lo que hay dentro de esta maleta…
Buena entrada, Pedro. Ese electrómetro de hilo y sus cámaras-condensador son realmente un ejemplar envidiable, y veo que está en un magnífico estado de conservación. Dosímetros de pluma teníamos en Granada, en el hospital Clínico, también un Babyline idéntico, fue un detector muy común, como bien dices, pero el nuestro manual, por desgracia, había desaparecido, porque realmente es una maravilla, por lo que veo. Bueno, espero que la serie continúe y poder contribuir con alguna cosilla que tenemos por aquí (ya me come la curiosidad de saber que contiene esa maleta).
No sé lo que habrás dentro… Pero la maleta misma ya parece una pieza de museo… Espero que no tarde en abrirse…
Buena iniciativa, Pedro. En nuestro Laboratorio tenemos también varios ejemplares de museo que estará bien compartir. En cuanto tenga un poquillo de tiempo me pongo a ello.
De momento os quería recordar la «Expo’PR» que la SEPR mantiene gracias al apoyo de ENRESA en el Centro Tecnológico Mestral (en la antigua Central Nuclear de Vandellós I). Supone un repaso histórico de la Protección Radiológica en España. Con un muestrario de equipos de protección radiológica antiguos o fuera de uso, así como documentación gráfica relacionada directa o indirectamente con la misma. La exposición inaugurada por primera vez con motivo del XI Congreso de la SEPR en Tarragona, tiene ahora carácter permanente gracias al acuerdo firmado entre la SEPR y ENRESA en febrero de 2009.
Tal vez, podríamos ir completando el Museo virtual incluyendo en él los equipos de la Expo’PR. Cuestión de tiempo…
Muchas gracias Eduardo por tu ofrecimiento. Ya sabes que estas puertas están abiertas y será un honor contar con tus aportaciones que han sido siempre un referente para muchos de nosotros.
Una gran idea Pedro: Enhorabuena.
Lo que pasa es que alguno de los aparatos que has presentado todavía están en buen uso, por varias razones: están bien hechos, están bien cuidados y no les caduca su sistema operativo, y sobre todo: tienen mucho estilo.
Respecto al contenido de la maleta yo apuesto por unas botellas de buen ron añejo.
Magnifica idea Pedro, En Ecuador al iniciar el programa de Protección Radiológica, en la Comisión Ecuatoriana de Energía Atómica por el año de 1981, utilizábamos los detectores mostrados para realizar las inspecciones de Protección Radiológica, Ya no trabajo en la ex CEEA, pero todavía creo que deben haber muchos instrumentos de aquellos tiempos.
Gracias Eduardo y Manuel, esperamos vuestras aportaciones. Yo no conozco la Expo’PR pero estoy seguro de que es muy interesante.
En efecto, tal como comenta Bonifacio alguno de estos detectores (el Babyline) sigue prestando buen servicio en distintas instalaciones, y ciertamente los instrumentos modernos no tienen ese estilo «vintage» (ni tampoco sus cajas, ahora la mayoría son de plástico).
En cuanto al contenido la maleta, de momento sólo diré que pesa mucho.
ay ay… esa maleta… yo tengo en casa una parecida… no será…????
Hello Mr. Almendral
I have a Babyline 31 but it didn`t work. If I turn the Zero-Knob nothing hapens + it didn`t sense radiation. I Think there is no HV.
Could you give me Photos from the Electronics / Plans ?
With best Regards
Jörn
Hola buenos días desde Bilbao, yo tengo una cámara de ionización portatil, BABYLON-31 que me han regalado de una fábrica. Tiene muy buena pinta, la han debido de cuidar muy bien. sabeis si se puede vender en algun sitio, si a alguien le puede interesar? Gracias