José Miguel Delgado es radiofísico y lleva 38 años ejerciendo la profesión. Ha trabajado en un buen número de centros tanto públicos como privados, lo que le ha permitido tener una visión muy global de la Radiofísica y su papel en el entorno hospitalario. Además tiene muchas publicaciones, ha impartido cursos y participado en grupos de trabajo, ha sido pionero en la puesta en marcha de muchas técnicas y ha formado a decenas de radiofísicos. Sin embargo yo no había tenido ocasión de conocer nunca personalmente a José Miguel Delgado, aunque sí había oído mucho hablar de él, claro.
Sabía además que junto con María Luisa Ramírez, Arturo Pérez Mulas (ambos del CSN) y Carlos Prieto (del hospital San Carlos) llevaba trabajando varios años en el proyecto MARR, un proyecto de análisis de riesgos en Radioterapia. También habían colaborado en el desarrollo de un programa denominado SEVRRA basado en matrices de riesgo para facilitar la gestión de los incidentes.
Algunos de mis compañeros habían asistido el pasado diciembre a una jornada en Madrid donde explicaron en qué consistía el programa y me interesó mucho el tema. Considero que el mayor margen de mejora que tienen actualmente los servicios de radioterapia no radica en adquirir nueva tecnología de última generación, sino en mejorar la calidad del proceso radioterápico de cada uno de nuestros pacientes. Poner barreras y reductores del riesgo para minimizar los incidentes implica un mayor control del proceso y una importante mejora en el funcionamiento de nuestros servicios.
Vi en el programa del Congreso de SEOR que iba a dar una charla precisamente sobre el análisis de riesgos y le llamé por teléfono para preguntarle si el equipo de Desayuno con Fotones podía hacerle una entrevista. Se mostró sorprendido y, aunque no me dijo que no, tampoco le noté entusiasmado. Le expliqué que podíamos centrarnos en su trayectoria profesional o en el análisis de riesgos en radioterapia. Me contestó rotundo que mejor en lo segundo, que él su trayectoria ya la tenía más que amortizada. A partir de ahí su tono cambió, charlamos un rato largo y quedamos en que le mandaría el borrador de la entrevista antes para que se hiciera a la idea.
Tras enviarle las preguntas por correo electrónico, me contestó diciendo que le habían gustado bastante. No conocía a José Miguel Delgado, pero sentí que ese “bastante” significaba que se había establecido un vínculo entre nosotros. Intercambiamos algunos correos más y quedamos en vernos la mañana del 4 de junio en la Fira de Valencia.
Nada más llegar me puse a buscarlo y recorrí los dos pisos mirando a todos los congresistas que estaban por los “stands”. No me costó mucho dar con él, porque no sé qué tenemos los físicos que no nos camuflamos nada bien entre los médicos, aunque reconozco que el que estuviera hablando con Tamara Hernández y con Rodolfo del Moral ayudó. Mientras esperábamos a Gaspar, que iba a grabar la entrevista, me contó muchas cosas: de su trabajo, de sus preocupaciones, del futuro de la radiofísica, de los nuevos residentes… Me encantó escucharle. José Miguel Delgado no hablaba por hablar y todo lo decía desde muy dentro, desde la perspectiva de la experiencia de un hombre sensible y comprometido para el que su trabajo ha significado y aún significa mucho.
No sabíamos dónde íbamos a sentarnos y encontramos unos sillones en el piso de arriba que estaban vacíos. Cumplía los requisitos: no había demasiado ruido y estaba iluminado. Así que allí nos quedamos. Pero luego nos dimos cuenta de que no fue la mejor elección porque el sol nos daba de lleno y nos deslumbraba, y además hacía muchísimo calor. Echaba de menos las gafas de sol y un vaso de horchata fresquita. Pero era el mejor lugar que teníamos y enseguida empezamos con la entrevista, que resultó muy interesante y reveladora. Estoy segura de que os va a gustar, tanto como a mí, el gran trabajo que ha hecho Gaspar y también de que José Miguel Delgado os va a convencer de la importancia de introducir un programa de análisis de riesgos en nuestros servicios de radioterapia.
Créditos del vídeo
Guión: Naia Pereda Producción: Gaspar Sánchez Postproducción: Gaspar Sánchez Música: Gymnopedie 1 (Erik Satie ) versión de Chad Crouch
Jose Miguel has a unique talent of injecting his love for the profesion and humanity! Un abrazo!
Sí, gran profesional, gran persona y buen amigo. Desde que coincidimos en el curso superior de PR en Ciemat (1993) le considero un referente y siempre agradezco encontrarme con él en reuniones o cursos. Enhorabuena a los tres por la entrevista.
A mí lo de las matrices de riesgo me plantea todavía bastantes dudas (como a la mayoría, supongo), y creo que sería muy conveniente que tanto la SEOR como la SEFM organizaran acciones formativas sobre esta metodología. Por ejemplo ahora que la nueva junta directiva de la SEFM está planteando promover la formación on-line, quizá este fuera un buen tema para algún curso a distancia, que a lo mejor podría incluir un “webinar” sobre el uso del programa SEVRRA. Ahí dejo la idea.
Por lo que he leído, el proyecto MARR planeaba hacer una guía para facilitar el uso de esta metodología adaptándola a las circunstancias específicas españolas, pero estoy un poco perdido… ¿existe ya esa guía?
A mí me parece que el análisis de riesgos en principio podría hacerse utilizando simplemente el sentido común, pero ya se sabe que éste es el menos común de los sentidos y supongo que la metodología que proponen lo que pretende es sistematizar el proceso, estandarizar el lenguaje, e intentar cuantificar los riesgos para priorizar a la hora de distribuir los recursos. Sin embargo ese grado de sistematización que se pretende ¿no consume en sí mismo también muchos recursos (tiempo) si se hace desde cero? Y si se toma como base el análisis de otros centros, o algún ejemplo estándar que se publique ¿no ocurrirá que en muchos sitios se recurra al copia-pega para cubir el expediente?
Por otra parte, la directiva europea dice que para las prácticas radioterapeutas los programas de garantía de calidad deberán incluir un estudio del riesgo de exposiciones accidentales o no deseadas ¿pero en nuestro país quien lo controlará? ¿la “autoridad sanitaria competente” a la que alude el Real Decreto actual, o la autoridad en materia de protección radiológica (CSN)?
Otra cosa: quienes oigan la entrevista quizá podrían sacar como conclusión que hay dos paradigmas contrapuestos en cuanto a cómo debe gestionarse la calidad o la seguridad en radioterapia (la primera engloba a la segunda, creo): uno centrado en “controlar las máquinas” y otro que pone más énfasis en “analizar los procesos”. No sé qué pensareis pero a mí no me parece que haya realmente paradigmas contrapuestos, son cosas distintas, ambas necesarias. Es cierto que normalmente los radiofísicos han puesto el acento en el control del equipamiento, pero porque es responsabilidad directa nuestra, mientras que el análisis de procesos es algo más multidisciplinar en el que probablemente la iniciativa no debería ser de los fisicos, sino idealmente de los jefes de servicio de radioterapia (porque de nada serviría que un grupo de tres personas elabore un documento muy detallado y unas recomendaciones si los jefes y el resto de la organización no se implican).
Tienes razón en tu análisis, Pedro. Sin embargo yo no creo que al escuchar la entrevista se saque la conclusión de que se deben descuidar las máquinas para prestar más atención a los procesos, pero sí que se deja ver que hay que racionalizar los recursos y dedicar esfuerzos y tiempo a algunos aspectos que no son exclusivamente responsabilidad de los físicos pero que sí tienden a estar menos controlados que nuestras máquinas.
A ver qué opinan los responsables del proyecto sobre tu idea de un «webinar». De momento en octubre se va a impartir un taller en el País Vasco y para entonces ya se espera que esté terminada la guía de aplicación de la metodología. Estamos esperándolo con muchas ganas y prometo mantenerte al tanto.
Gracias Naia.
Estoy de acuerdo en que se debería prestar más atención a los procesos (de hecho parece ser que la mayoría de los fallos están relacionados con errores humanos o de comunicación entre los distintos profesionales más que con problemas del equipamiento), pero creo que la metodología que se propone será difícil de llevar a la práctica hasta que no se impliquen activamente los responsables de los servicios de radioterapia. Y sé que hay algunos muy implicados, pero sospecho, y quizá me equivoque, que a muchos otros todo esto les suena bastante a chino (para ser justos diré que hasta no hace mucho a mí me pasaba lo mismo).
También hay que reconocer que los recuros son limitados y concedo que tal vez haya que pensar en racionalizar los controles de calidad del equipamiento, pues algunos protocolos o recomendaciones (o quizá la interpretación rigida que algunos compañeros hacen de ellos) es posible que a veces pequen un poco de ultra-exahustivos.