Manolo Vilches
Soy uno de esos físicos cuya pasión, por la física en particular y la ciencia en general, nació oyendo a Carl Sagan en la primera emisión de la serie Cosmos, allá por el año 1982 (bueno, y también con el concurso Los Sabios, al que acompañaba una serie de dibujos animados sobre hitos de la ciencia, con Felix Rodríguez de la Fuente y con el genial David Attenborough y, por supuesto, con aquellos maestros de mi infancia y juventud, D.Arturo, D.Eduardo, D.José María y D.Lázaro Marín, y por supuesto, mi propia familia). Desde entonces, la ciencia, como profesión o como diversión, me ha dado algunos de los momentos más gratificantes de la vida, en los que he tenido la oportunidad de encontrar a mucha gente más preocupada de conocer la razón que de tener la razón, deseosos de saber la respuesta acertada, sin importar quien la de, sin prejuicios y sin pretensiones. Algunos de ellos colaboran también en este blog, lo que me permite seguir sintiéndolos cercanos, como si nos viéramos cada día. Y aunque nací en Almería, me crié en Puerto Lumbreras, provincia de Murcia, estudié en Valencia, y ahora ando por Oviedo, pasé 27 años en Granada y allí viven mi hija y muchos de mis mejores amigos, y a ella me asocian los que me conocen. Yo, como dice la canción, no sé bien el lugar de donde vengo, ni al que voy, pero sé con quienes he llegado hasta aquí y con quienes quiero continuar este viaje.
Gaspar Sánchez
Nací en Córdoba y crecí en Barcelona donde estudié dirección cinematográfica en el Centre d’Estudis Cinemàtografics de Catalunya. A continuación, y en plena posesión de mis facultades mentales (aunque eso es algo de lo que ahora dudo), regresé a Andalucía, para ser más exactos a la Universidad de Granada, a estudiar Ciencias Físicas. Recuerdo de aquellos años el Planta Baja (era la época de gloria de Los Planetas), el extraordinario clima (incluso cuando hacía frío) y haber pasado quizás demasiado tiempo al sol en los «jardines de ciencias»… pero estudiando, eh! Pasé mi último año de carrera, el más importante de mi vida, en la Universidad de Copenhague donde conocí a la madre de mis dos hijos, los responsables de que mi día a día parezca un cuadro de Jackson Pollock. A ella también le debo que me dedique a esta cosa de la radiofísica y vivir en Vitoria-Gasteiz que es donde trabajo en el Hospital Universitario Araba.
Naia Pereda
Irene Fernández
Asturiana de pura cepa, siempre me decanté por lo números. Creo que la prueba más premonitoria fue que un día como otro cualquiera en preescolar me puse a contar los números sin que nadie me los hubiera enseñado previamente y en cambio, aprender el alfabeto…eso ya fue otra historia (¡¡y con más de un capítulo!! Jeje). Con las matemáticas como mi asignatura preferida…llegué a Bachillerato dónde en medio de la duda de la época: “¿Qué carrera hago?” mi tutora de curso y profesora de Lengua y Literatura Castellana me habló del RFIR. Su hija, recién licenciada en Física se lo estaba preparando y el saber que había físicos en el hospital me fascinó. Siempre me había gustado la medicina, pero la sangre y las heridas pueden sugestionarme al punto de perder el conocimiento así que ser médico nunca había sido una opción. Decididamente ser radiofísica me parecía que aunaba dos áreas tremendamente interesantes para mí. Y sin dudarlo, entré en la carrera de Física donde cada vez que algún profesor o compañero me preguntaba qué quería hacer al acabar la carrera tenía que explicar qué es eso de la Radiofísica Hospitalaria. Cinco años después, con la carrera terminada, la vida hizo de las suyas y las circunstancias me llevaron al maravilloso mundo de la docencia. Enseñar es algo apasionante pero no podía quedarme con la espinita de sentir la Radiofísica de cerca, y en cuanto las circunstancias se pusieron a favor, me preparé el examen RFIR. Y aquí estamos, actualmente en Las Palmas, a punto de convertirme en R3. Como habréis visto en mis colaboraciones previas me encanta acudir a cursos y formarme lo máximo posible, pero eso ya os lo iré contando por el blog ;).